El viernes 25 y sábado 26 de octubre se celebraron elecciones anticipadas para renovar la cámara baja del Parlamento de la República Checa, tras tres años del gobierno de coalición de tres partidos de centro-derecha: el ODS, TOP 09 y Asuntos Públicos. Encabezado por Petr Nečas (ODS, Partido Cívico Democrático), este gobierno no sólo debió hacer frente a la crisis económica europea, sino también a la división del partido Asuntos Públicos y, finalmente, a las acusaciones de corrupción de la jefa de gabinete del Primer Ministro -entonces su amante, ahora esposa-, Jana Nagyová.
La elección directa del presidente de la República le ha dado un gran protagonismo al jefe de Estado. Este año fue electo en la segunda vuelta Miloš Zeman, político y economista de tendencia socialdemócrata que fue miembro del Foro Cívico durante la revolución de terciopelo, luego Primer Ministro en los años noventa. Si bien Zeman se fue del partido socialdemócrata ČSSD y formó una pequeña agrupación sin representación parlamentaria, logró ganar los comicios presidenciales y, ya en la primera magistratura, comenzó a influir de un modo abierto en el proceso de formación de un gobierno de carácter técnico para evitar las elecciones anticipadas.
Ese gobierno técnico -no era el primero en la República Checa- no tuvo apoyo parlamentario, por lo que se impuso la salida electoral.
El resultado de las urnas es desconcertante: habrá siete formaciones políticas en la nueva cámara baja, siendo ČSSD la primera minoría con un magro 20,4% (50 curules), por lo que deberá tejer una coalición con otras fuerzas.
TOP 09 (11,9 %, 26 bancas), el partido conservador de Karel Schwarzenberg -figura de la disidencia en los años del comunismo y rival de Zeman en la elección presidencial- ya anticipó que no formaría parte de una coalición con los socialdemócratas. El ODS logró obtener representación parlamentaria, con sólo el 7,7% (16 escaños), el peor resultado de su historia, aunque logró sobrevivir a pesar de que Václav Klaus, su antiguo líder, ex primer ministro y ex presidente, llamó a sufragar por un partido minúsculo que sólo logró el 0,4%.
El Partido Comunista de Bohemia y Moravia se mantiene más o menos estable en el porcentaje, 15% (33 curules). Podría llegar a formar parte de una coalición con los socialdemócratas por primera vez, pero no sólo no llegan juntos a tener mayoría, sino que otros eventuales socios los rechazan. Es el caso del demócrata cristiano KDU-ČSL que, tras tres años fuera de la cámara, retorna al hemiciclo con 6,7% (14 bancas).
El escenario se complica con la irrupción de dos nuevos actores: el movimiento ANO (Sí) del empresario Andrej Babiš, sin experiencia gubernamental ni en la oposición, y el del populista Tomio Okamura, Úsvit přimé demokracie (Amanecer de la democracia directa), ambas son expresiones del descontento de la ciudadanía y que obtuvieron 18,6%, segundo partido en votos (47 bancas) y 6,8% (14 escaños), respectivamente.
Bohuslav Sobotka, socialdemócrata, comenzará las reuniones para lograr un nuevo gobierno que logre estabilidad y continuidad, lo que será sumamente complejo con un escenario tan fragmentado. El nuevo gobierno asumirá a fines de noviembre o principios de diciembre, cuando la nueva cámara baja esté definitivamente conformada.
La elección directa del presidente de la República le ha dado un gran protagonismo al jefe de Estado. Este año fue electo en la segunda vuelta Miloš Zeman, político y economista de tendencia socialdemócrata que fue miembro del Foro Cívico durante la revolución de terciopelo, luego Primer Ministro en los años noventa. Si bien Zeman se fue del partido socialdemócrata ČSSD y formó una pequeña agrupación sin representación parlamentaria, logró ganar los comicios presidenciales y, ya en la primera magistratura, comenzó a influir de un modo abierto en el proceso de formación de un gobierno de carácter técnico para evitar las elecciones anticipadas.
Ese gobierno técnico -no era el primero en la República Checa- no tuvo apoyo parlamentario, por lo que se impuso la salida electoral.
El resultado de las urnas es desconcertante: habrá siete formaciones políticas en la nueva cámara baja, siendo ČSSD la primera minoría con un magro 20,4% (50 curules), por lo que deberá tejer una coalición con otras fuerzas.
TOP 09 (11,9 %, 26 bancas), el partido conservador de Karel Schwarzenberg -figura de la disidencia en los años del comunismo y rival de Zeman en la elección presidencial- ya anticipó que no formaría parte de una coalición con los socialdemócratas. El ODS logró obtener representación parlamentaria, con sólo el 7,7% (16 escaños), el peor resultado de su historia, aunque logró sobrevivir a pesar de que Václav Klaus, su antiguo líder, ex primer ministro y ex presidente, llamó a sufragar por un partido minúsculo que sólo logró el 0,4%.
El Partido Comunista de Bohemia y Moravia se mantiene más o menos estable en el porcentaje, 15% (33 curules). Podría llegar a formar parte de una coalición con los socialdemócratas por primera vez, pero no sólo no llegan juntos a tener mayoría, sino que otros eventuales socios los rechazan. Es el caso del demócrata cristiano KDU-ČSL que, tras tres años fuera de la cámara, retorna al hemiciclo con 6,7% (14 bancas).
El escenario se complica con la irrupción de dos nuevos actores: el movimiento ANO (Sí) del empresario Andrej Babiš, sin experiencia gubernamental ni en la oposición, y el del populista Tomio Okamura, Úsvit přimé demokracie (Amanecer de la democracia directa), ambas son expresiones del descontento de la ciudadanía y que obtuvieron 18,6%, segundo partido en votos (47 bancas) y 6,8% (14 escaños), respectivamente.
Bohuslav Sobotka, socialdemócrata, comenzará las reuniones para lograr un nuevo gobierno que logre estabilidad y continuidad, lo que será sumamente complejo con un escenario tan fragmentado. El nuevo gobierno asumirá a fines de noviembre o principios de diciembre, cuando la nueva cámara baja esté definitivamente conformada.
Comentarios
Publicar un comentario